Friday, October 15, 2010

47 - White and Molina discuss language

José: Hola, White, ¡por fin! Si hace más de media hora que te ando buscando.
White: Perdona, José, pero tuve que salir urgentemente.
White: Me llamaron inesperadamente de la embajada para
White: decirme que pasara por allí en seguida.
José: ¿Qué? ¿Algún asunto de importancia?
White: No, poca cosa. Querían que le sirviera
White: de intérprete a un ingeniero que acababa de llegar.
José: Pero ¿tú qué sabes de ingeniería?
White: Absolutamente nada.
White: Por eso parecía probable que se me presentaran dificultades,
White: pero cuando llegué, allí estaba charlando con Jaime Bustamante.
José: ¡Pero ése no habla ni una sola palabra de inglés!
White: Claro. Pero resultó que el señor hablaba castellano mucho mejor que yo.

José: ¡Hombre! Si tú conoces el idioma a la perfección.
José: sólo en cuanto a la pronunciación se te puede poner a veces algún reparo.
White: ¡Vaya! No sigas dándome la lata con eso de la pronunciación.
White: La tuya no es ninguna maravilla.
José: ¿Cómo es eso? ¿Cómo es posible que hable mal mi propio idioma?
White: Bueno, no te ofendas.
White: Tú bien sabes que aquí se habla un dialecto un poco raro.
José: En absoluto. de primera. Aquí se habla un castellano de primera.
White: Pero ¿no te acuerdas de que ayer me confesaste que en este pais no se habla
siempre con corrección?
José: Pues no fue precisamente asi, sino que te dije que aqui hay
José: ciertas diferencias con el castellano de Madrid. Dicen que
José: el castellano de América se parece más bien al andaluz.
White: ¡Ya! Ahora sí me acuerdo, pero me prometiste que
White: cuando tuvieras tiempo me lo ibas a explicar.
José: ¡Ojalá no hubiera hecho tal promesa!
José: Porque yo no soy ningún profesor, ¿sabes?
White: Ya sé que aquí no se pronuncia la zeta como en España,
White: pero hay otras cosas también, ¿no?
José: Sí, quizá lo más notable sea nuestra costumbre de comernos las eses y pronunciar muy débilmente algunas consonantes, sobre todo la de.
White: Eso es. Porque cuando te conocí por primera vez, apenas te entendía.
White: Todo era como un runrún de sonidos, así que no podía captar sino
White: la mitad de lo que me decías.
José: sí. Te confieso que para el extranjero puede que nuestra manera
José: de hablar sea un poco turbia, pero no es para tanto, amigo.
White: Bueno, dejémonos de todo eso. Vamos a la calle, ¿quieres?
White: ¿Cuál es tu sombrero?
José: El que está detrás.
White: ¿Cómo dices?
José: El que está detrás.
White: ¡Ah!

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