Juan : ¿Qué tal es la chica que te limpia tu apartamento, José?
José : Es excelente y cobra muy poco, diez pesos al día.
Juan : ¿Cuánto es eso en dólares?
José : Uno veinticinco, más o menos.
Juan : ¿Por qué no hablas con ella?
José : ¿Para qué?
Juan : Para ver si quiere limpiar el mío también.
José : Muy bien. Mañana hablo con ella entonces.
La chica que limpia el apartamento del señor Molina viene a ver al señor White en la tarde. Ella sólo puede venir aquí los viernes. Los otros días tiene que ir a otras casas.
Chica : Buenas tardes. Dice don José que aquí necesitan una muchacha.
Juan : ¿Es ud. la que limpia el apartamento de él?
Chica : Sí, señor. Voy allí los jueves.
Juan : ¿Puedes venir aquí los sábados?
Chica : No, señor. Sólo los viernes. Los otros días tengo que ir a otras casas.
Juan : Está bien.
La chica quiere ver el apartamento y qué trabajo hay que hacer. Tiene que hacer todo el trabajo de casa. Es decir, barrer los pisos, lavar el baño, hacer la cama, ... Pero no tiene que lavar ropa. Él manda toda la ropa a la lavandería.
Chica : ¿Puedo ver el apartamento, señor?
Juan : Sí, cómo no, pase adelante.
Chica : ¿Qué trabajo hay que hacer?
Juan : Todo el trabajo de casa. Es decir, barrer los pisos,
Juan : lavar el baño, hacer las camas, ...
Chica : ¿Tengo que lavar ropa?
Juan : No. La ropa hay que mandarla a la lavandería.
La chica cobra diez pesos por limpiar el apartamento del señor Molina y ahora quiere cobrar catorce por éste. Pero tiene razón, este es más grande. Puede empezar mañana, viernes.
Juan: ¿Cuánto cobras?
Chica : Catorce pesos.
Juan : Pero a don José le cobra diez.
Chica : Sí, pero este apartamento es más grande.
Juan : Bueno, muy bien. Mañana es viernes. ¿Puede empezar mañana?
Chica : Sí, señor. ¿A qué hora?
Juan : En la tarde. A la una o a las dos.
No comments:
Post a Comment